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Equipación técnica para hacer esquí y snowboard: cómo elegir esquís, botas, bastones, tabla y fijaciones

La modalidad que se practica, el nivel de experiencia y las características físicas del esquiador determinan el material adecuado para cada ocasión. Veamos en detalle que debes tener en cuenta a la hora de elegir el equipo.

Elección de esquís y material para ‘palilleros’

Esquís, botas y bastones son la equipación básica que tiene que tener en cuenta cualquier esquiador. Repasamos los tipos de esquís que existen y cómo elegirlos, los materiales y procesos de construcción, las características de una bota de esquí y la importancia de los bastones.

Esquís para todos los gustos

Los esquís se diferencian por el material del que están hechos, la anchura del patín, el radio de giro y el perfil o curvatura. Cada modalidad tiene unas características adecuadas para practicarla.

Esquís de pista o alpinos: Pueden ser estándar (dirigidos al público general con un mínimo de experiencia) y de competición. En este segundo caso, existen de dos tipos: los slalom, con un patín de unos 68mm y un radio de giro de 15 metros, que permiten un viraje corto y dinámico; y los carver, con radio de giro de 28m, apto para las pruebas gigante y supergigante.

Esquís de pista o alpinos

Encontramos diferentes niveles, desde principiantes, con esquí muy corto y un patín no más ancho de 75cm, hasta expertos. En niveles intermedios, se colocan más refuerzos y se cambian los núcleos y las construcciones. Los patines suelen ser también de 70-75cm. Para esquiadores expertos encontramos los esquís de competición. En este caso, existen dos tipos: los slalom, con un patín de unos 68mm y un radio de giro de 15 metros, que permiten un viraje corto y dinámico; y los gigante, con radio medio ancho de velocidad de 24 a 30cm: son los esquís más duros y focalizados a los corredores de clubs.

Esquís all mountain (o polivalentes): Tienen un patín más ancho que los esquís de pista, lo que da más flexibilidad y un mayor pivotaje. Son esquís que sirven tanto para esquiar en pista como fuera, por lo que requieren muy buena prestación. Los que incluyen patín de entre 75 y 85mm son adecuados para pistas en cualquier estado; entre 80 y 90mm se usan para todos los tipos de nieve; y los que tienen un patín más ancho de 90mm se aproximan a los esquís freeride.

Esquís freeride: Las nieves no tratadas exigen patines más anchos de 100mm. Se trata de los esquís freeride, aptos para bajar en grandes acumulaciones de nieve muy blandas. Es recomendable que el tamaño de las tablas supere la altura del esquiador.

Esquís freestyle: También deben ser, por lo menos, iguales a la altura o superarla. En éstos, es especialmente relevante la curvatura. Cuentan con doble espátula (twin tip), lo que permite avanzar adelante y atrás con igual comodidad. En cuanto al radio de giro es de 20m y el patín tiene un ancho de 80-90mm. Son esquís muy específicos para esquiar en los snowparks.

Esquís de travesía o montaña: Son para practicar skimo. Aunque fue la primera modalidad que apareció, después de estar relegada a un segundo plano se ha popularizado en los últimos años. La principal característica es que no se necesita el remonte, ya que se colocan pieles de foca en la base para subir y no resbalar, un complemento que se quita a la hora de bajar. El ancho del patín puede variar en función del uso que se les quiere dar.

Materiales y técnicas de fabricación

Normalmente los esquís cuentan con un núcleo que puede ser de polímeros naturales (madera de haya, abeto, okume, blasa, álamo, karuba, bambú…) o termoplásticos (polietileno extrusionado), que usan las tablas más antiguas o de gama baja.

También es posible que el material sea polietileno sinterizado, común en las tablas de nueva producción y de gamas medias y altas. Todo ello se une con resinas (pueden ser fenólicas, melamínicas, uréicas, etc) o ABS, y se puede rematar con láminas de fibras técnicas (de vidrio, carbono, cerámica, kevlar…) y metales (acero, aluminio, ergal…).

Existen tres técnicas de construcción que dotan de unas propiedades específicas a los esquís.

  1. El sistema sándwich -una superposición de capas- da estabilidad en velocidades altas y aguanta mejor los impactos.
  2. El monocasco (CAP) permite crear unos esquís más ligeros y con facilidad de giro y control.
  3. Sistema híbrido, el modular, que combina la precisión, potencia y rendimiento de la técnica sándwich, así como la ligereza y capacidad de giro del monocasco.

Rigidez, flexibilidad y elasticidad de las botas

Las botas de esquí han ido evolucionando en los últimos años hacia una mayor polivalencia y comodidad. Se dividen según el tipo de esquí que se practica:

  • Competición: hormas estrechas y suelas no reemplazables
  • De pista: cañas y suelas convencionales
  • All mountain: con desbloqueo de caña y suelas antideslizantes

Cómo elegir las botas de esquí tipos y consejos

Para que cumplan bien su función, deben tener rigidez, una sujeción homogénea tanto del pie como de la espinilla, flexibilidad delantera y elasticidad para facilitar el trabajo muscular del esquiador. Normalmente permiten ajustar la inclinación delantera (cuanto más pronunciada, más control de viraje pero también más esfuerzo) y la lateral (solo para los niveles más avanzados). Si quieres algo más de información, aquí te enseñamos cómo elegir las botas de esquí.

La importancia de los bastones

Los bastones son, a menudo, los grandes olvidados de los tres elementos de equipación básica para esquiar. Su largo depende de la estatura del esquiador: para calcular el tamaño idóneo los antebrazos deben quedar paralelos al suelo.

Un truco es multiplicar por 0,72 la altura en centímetros. En el caso del esquí de fondo, son más altos (la cifra a multiplicar es 0,84 en estilo clásico y 0,90 en estilo patinador).

Al dudar entre dos tamaños -van de cinco centímetros en cinco centímetros-, recomendamos que los esquiadores principiantes se decanten por el corto y los experimentados por el largo.

Los materiales que se usan para fabricar los bastones son ligeros, una de las cualidades más importantes. Así, el tubo puede ser de aluminio, carbono o composite (la opción más cara, pero también la más flexible y que absorbe mejor las vibraciones). La empuñadura es de PVC (policloruro de vinilo) blando o duro, mientras que las arandelas varían en función de la modalidad de esquí. Las de competición son pequeñas y pesadas, mientras que las de freeride, grandes y las polivalentes, tienen un tamaño medio y son aptas para cualquier tipo de pista. En relación a la punta de los bastones puede ser plana o fresada, idónea para nieve dura.

Material de snowboard, ¿cómo elegirlo?

Por otro lado, los practicantes de snowboard necesitarán unas botas, una tabla y unas fijaciones específicas. Vemos en detalle los tipos de tablas de snowboard y el resto de elementos.

Tipos de tablas de snowboard

En la disciplina de snowboard, la distinción de las tablas es similar a la de los esquís, ya que también depende del uso que se le quiera dar y del nivel de quien practica el deporte. Se diferencian por su flexibilidad, curvatura, ancho y largo. Hay muchas variedades de tabla, pero estos son los tipos de tabla de snowboard más comunes.

Tablas all mountain: Son las más polivalentes -diseñadas para trabajar bien en todo tipo de nieve y condiciones- y las que escogen la mayoría de snowboarders que descienden por pistas. Tienen una rigidez media-alta, que les aporta estabilidad y permite alcanzar velocidades altas. También son aptas para realizar saltos, curvas limpias y giros cerrados. Pueden ser simétricas o asimétricas.

Tablas freestyle: Cortas, anchas y flexibles, son fáciles de manejar en terrenos complicados. Normalmente son simétricas, aunque pueden ser true twins-completamente simétricas, lo que permite ir en ambas direcciones- o directional twin -simétricas de forma, pero con la cola más rígida que la cabeza-. Responden especialmente bien en parques de saltos y los half-pipe.

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Tablas freeride: También versátiles, combinan propiedades de las alpinas y las freestyle. Por una parte, tienen la cola más estrecha que la cabeza, aunque no tanto como las todoterreno. Por otra, son más rígidas que las freestyle, lo que les dota de estabilidad y permite realizar curvas amplias. Están diseñadas para funcionar en terrenos variados y para ofrecer buen rendimiento en una sola dirección.

Tablas de powder o nieve en polvo: Son similares a las freestyle, aunque suelen tener la cabeza más ancha que la cola. Esta característica y la colocación de las fijaciones más hacia atrás ayudan a elevar la parte delantera para a través de la nieve profunda.

Splitboards: Este tipo de tablas sirven para practicar snowboard de travesía y snowkite. Están diseñadas para separarse en dos mitades para los itinerarios de subida, que después pueden unirse para descender. Requieren fijaciones especiales y suelen usarse en bajadas pronunciadas.

La importancia de las fijaciones y las botas

Para completar el material de snowboard son de especial importancia las fijaciones y las botas, que pueden ser blandas o rígidas y deben coincidir. Las características -altura del highback, flex y materiales- cambian según el terreno y la modalidad de snowboard que se practica.

Existen dos tipos básicos de fijaciones: las strap-ino de correas, que son las más comunes y ajustables; y las reclinables o de cierre rápido, en las que se introduce la bota por la parte trasera y, con un golpe de palanca, quedan ajustadas. Algunas marcas usan sistemas mixtos.

Las fijaciones con highbacks altos dan más control y velocidad al snowboarder. Se suelen combinar con poco flex y se recomiendan para el freeride, salir de pistas y carvear. Por el contrario, aquellos que quieran centrarse en moverse por los parques, las pistas y para hacer jibbing, suelen usar fijaciones con highbacks más cortos y mucho flex.

Cada fabricante utiliza materiales y aleaciones específicos para crear sus fijaciones. Los más comunes son el policarbonato (se deforma sin llegar a romperse), uretano (con gran capacidad de torsión), aluminio (aporta rigidez a las bases de una pieza o los heel cups), nylon reforzado con fibra de vidrio (también para bases y heel cups de una sola pieza) y fibra de carbono (para bases y heel cups y algunos highbacksde alta gama).

Elegir las botas de snowboard

A la hora de elegir las botas de snowboard hay que tener en cuenta, sobre todo, el tipo de flex y el sistema de lazado. Su clasificación suele coincidir con la del tipo de tabla según el uso que vayan a dárselas y con la rigidez de las fijaciones. Unas botas más duras dan mayor reactividad y velocidad, mientras que cuanto más blandas son, más libertad de movimiento tendrán. La altura de la caña suele ir asociada también a la flexibilidad: cuanto más alta, más rígidas y más control de los cantos; cuanto más bajas, mayor libertad de movimientos.

En cuanto a los sistemas de lazado, existen cuatro principales:

  • Los cordones permiten ajustar y apretar la bota por zonas y no suelen soltarse, aunque es un sistema lento;
  • El BOA cuenta con un cable de acero recogido con una rueda, lo que supone que es un sistema rápido y fácil, pero que aprieta de manera homogénea, por lo que puede provocar molestias;
  • La lazada rápida cambia según cada fabricante, pero suele ser un sistema de cuerdas que al tirar ajustan la bota y se bloquean (el principal inconveniente es que se pueden desajustar con mayor facilidad que los demás sistemas);
  • Y los mixtos, que combinan distintos modos.

Finalmente, es importante elegir bien los botines y las plantillas para que las botas terminen de ajustarse al pie.

Y ahora ya, con todo el equipo, solo queda mirar al cielo y esperar a la nieve 😉

Fuente: Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem)

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Publicado por Viajes Estiber

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