Si estás pensando en comprar unos esquís de pista o quieres renovar tu material y lo que te va es el esquí alpino, tal vez te interese conocer un poco sus características y los principales tipos que existen.
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¿Cuál es el esquí de pista o alpino?
Son las tablas más comunes cuando uno piensa en el esquí alpino clásico, aquel que se practica en las estaciones desde hace decenios. Se trata de un estilo que podemos clasificar en dos categorías: estándar o competición.
Esquís estándar o de competición
Cuando decimos estándar nos referimos a un esquí para todos los públicos, al que se acostumbraron la generación de nuestros padres, pero claro está que a día de hoy cuentan con todo tipo de innovaciones. Se trata de un esquí para todos los públicos siempre y cuando ya tengamos cierto nivel o comencemos con una buena forma física. Muchos de estos esquís de gama media-alta pueden ser muy parecidos a lo que denominaríamos Race (competición), de ahí que depende el modelo nos exija más o menos.
Los esquís de competición cuentan con una calidad superior. Los podemos dividir en SL, más cortos y para correr la modalidad de slalom o en Carvers, que se adaptarían más a nuestra altura y nos permitiría realizar giros de Gigante (GS) o SuperGigante (SG) cuando su altura supere la nuestra. Son esquís que exigen tener un buen nivel previo, una técnica desarrollada en cuanto a los estilos de competición y conocimiento a la hora de adaptarnos a según que tipo de nieve.
Son los esquís para el «alpino» por excelencia, pensados para el descenso por pendientes trabajadas, asegurando el giro y exigiéndonos una mayor fuerza física en cuanto al manejo de las tablas de competición. Suelen ser esquís de un mayor precio así que quizás prefieres optar por alternativas polivalentes más baratas si estás iniciándote.
Un buen ejemplo serían los clásicos de la casa alemana Völkl, los RaceTiger que se presentan en GS o SL y entre los que podemos elegir si queremos el modelo normal o por el contrario el Pro (indicado 100% para racing).