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Mantenimiento de los esquís: Consejos y pasos a seguir

Pasar de alquilar los esquís cada año cuando vamos a las pistas a tener nuestro propio material, es un paso de gigante que te adentra de lleno en el mundo de los apasionados del esquí. Por fin, llevarás siempre las mismas botas y las mismas palas, te podrás familiarizar con ellas y no cambiarás en cada viaje de esquí que hagas; también dejarás de hacer colas y de perder el tiempo antes de ir a las pistas y no tendrás que volver a la tienda a devolver el material. Sin duda, un gran salto cualitativo y en el que deberas invertir algo de tiempo en elegir y comprar los esquís que se adecuen más a tus características.

Ahora bien, con la compra del equipo de esquí propio llegan también nuevas responsabilidades. Tienes que preocuparte por su mantenimiento y por guardarlo correctamente cuando acabe la temporada de esquí. ¿Tienes dudas sobre lo que tienes que hacer? No te agobies, es una tarea constante pero no es complicada. Para que hagas un mantenimiento de los esquís correcto, te hemos preparado una guía con todos los pasos para que te duren años.

 

 

Mantenimiento regular de los esquís

Piensa en el material de esquí como si fuera tu coche o tu bicicleta; de la misma manera que esos otros medios de transporte -no olvides que los esquís son, además de un deporte, un medio para desplazarse-, necesita unos cuidados regulares. Lógicamente, cuanto más utilices los esquís, más se desgastarán y más mantenimiento requerirán; si usas los esquís bastante, te aconsejamos que los pases por un taller especializado al menos una vez al año.

Para mantener adecuadamente los esquís, ¿qué debes hacer? Básicamente, reparar y pulir la base, hacer el afilado de los cantos, el encerado y el control de las fijaciones (esto último, recomendamos que lo haga un técnico especializado para garantizar tu seguridad). Puedes hacer esto por tu cuenta:

  • Limpieza. Siempre que acabes una jornada de esquí y antes de guardarlos en el baúl o en un rincón, pasa un paño o una esponja húmedos por ellos y sécalos, prestando especial atención a los cantos. Este paso es muy sencillo, pero muy importante, ya que en la estación y en el transporte los esquís pueden haber cogido suciedad, insectos o incluso la sal que hay en la carretera, la cual es muy corrosiva.
  • Cuidado de las suelas. Los esquís tenemos que quitárnoslos sobre la nieve. Es algo bastante obvio, pero no está de más recordarlo porque seguro que has visto alguna vez al típico que se los quita ya en el asfalto o sobre piedrecitas. Podemos caminar algún metro sobre la nieve sin problemas, con las botas o nuestro calzado de recambio, y evitar que las suelas de los esquís se dañen gratuitamente. También se pueden desgastar si pasamos esquiando por algún sitio con poca nieve y damos con rocas o piedras.
  • Encerado. Seguimos con el cuidado de las suelas de los esquís. Si estas son importantes en las zapatillas o botas de montaña (¡cuando las desgastamos mucho y nos quedamos sin ellas se nos clava hasta la arena en el pie!), también lo son en los esquís. Un síntoma del desgaste es la aparición de manchas blanquecinas, sobre todo cerca de los cantos. Para evitarlo, una acción esencial es el encerado de los esquís, que podemos hacer nosotros mismos con cera líquida, en spray o aplicadores con esponja, o bien con cera caliente. La suela siempre tiene que estar bien limpia antes de aplicar la cera. Estos son los pasos que seguiremos para el encerado de los esquís (necesitarás una plancha, una rasqueta de plástico, un cepillo de crin y otro de plástico): primero, tienes que cepillar la base para eliminar todo resto de suciedad o polvo; después, derrite la cera en pequeñas gotas con la plancha (ajusta la temperatura a la recomendada en el envase de la cera), de manera que caigan sobre los esquís y pasa a extenderla de manera uniforme por toda la base, hasta que la cubras toda, con cuidado de no quemar la base; y por último, pasa la rasqueta de plástico para eliminar el sobrante de cera de la base, para posteriormente cepillarla hasta que quede como nueva, brillante y completamente lisa.

Mantenimiento de los esquís

  • Cantos. Son una parte esencial de los esquís, ya que es lo que nos mantiene en pie sobre la pista cuando hay nieve dura o hielo. Para cuidarlos, hay que saber como guardar el equipo de esquí y siempre deben estar bien secos (para evitar que se oxiden los cantos) y podemos repasarlos con una lima de diamante (de las de toda la vida, o en adaptadores) después de cada esquiada: elimina los puntos ásperos con mucho cuidado (es lo que hace que sientas que el esquí se engancha en la nieve) y mira de conservar correctamente el filo, para acabar con las imperfecciones hasta volver a sentir la superficie suave. Vale la pena acudir a un profesional si no sabes hacerlo, ya que si te pasas rebajando los cantos, podrías acabar con ellos. Ten en cuenta que la nieve artificial es más abrasiva que la nieve natural, por lo que desgasta los cantos a mayor velocidad. De hecho, hay diversos tipos de nieve para esquiar y debemos tener en cuenta el estado de nuestro material si queremos disfrutar de la jornada.

 

Reparación de daños en los esquís

Mantenimiento de los esquís

Al margen del mantenimiento de los esquís, en cualquier momento pueden sufrir daños de diversa consideración. No es tu culpa, es lo que tiene el uso continuado del material. En cualquier momento podemos tener un fallo o tener algún encontronazo con árboles, piedras, rocas o con los mismos rieles del snowpark. No te preocupes, porque todo tiene solución.

Los desperfectos más comunes que podemos ver en los esquís estarán en la base y en los cantos, normalmente porque han chocado contra algo que no era nieve; estos impactos pueden provocar fisuras en los cantos o en la base, como ralladuras o surcos menores. Son relativamente fáciles de arreglar e incluso puedes repararlos tú mismo con P-Tex (o Cofix), un polietileno que no falta en ningún kit de reparación y mantenimiento de los esquís. En el caso de que los daños sean más graves, la cosa se complica: quizás sea necesario cortar la zona afectada y reemplazarla con material nuevo; esto vale la pena dejarlo en manos de un taller de esquí si no queremos dejar los esquís hechos un auténtico desastre.

¿Y qué pasa si se han dañado los cantos? Es lo peor que nos puede pasar. Una cosa es que haya pequeñas deformaciones o rayas superficiales, algo que seguramente podrán reparar en un taller especializado; sin embargo, si hay partes del borde dañadas o que se han desprendido totalmente, quizás debas plantearte buscar un nuevo par de esquís.

 

El almacenamiento de los esquís

Un último paso esencial para garantizar una larga vida a nuestro material de esquí es almacenarlos de manera correcta. Eso es importante entre jornada y jornada de esquí, y también cuando acaba la temporada y llega el largo y caluroso verano. Ten en cuenta estos consejos:

  • Para guardar los esquís entre usos. Debes limpiarlos con un paño seco y guardarlos igualmente en un lugar seco, para evitar la corrosión de los cantos y de las otras partes metálicas de los esquís. De la misma manera, tienes que procurar que queden protegidos de la luz solar directa y del calor.
  • Para guardar los esquís al finalizar la temporada. Antes de almacenarlos durante meses, hay que inspeccionarlos y arreglar las posibles partes dañadas, retocar los cantos que presenten problemas y rellenar los huecos que puedan tener, así como encerarlos para sellarlos frente a la suciedad o polvo. Hecho todo esto, guárdalos en un lugar seco y donde no vaya a haber temperaturas excesivamente calurosas durante el verano y no vaya a pegar el sol.
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Publicado por Viajes Estiber

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